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viernes, 25 de julio de 2008

Las obras en una iglesia de A Veiga enfrentan a los vecinos con el párroco

El pedáneo ordenó la construcción a pesar de que era necesaria la firma del sacerdoteEl arreglo de la entrada se hizo contra el criterio del Obispado y de Patrimonio
Miguel Ascón
Localidad:
o barco

Las obras de arreglo de la escalera de entrada de la iglesia de Lamalonga han enfrentado a los vecinos entre sí y a un grupo de éstos con el párroco de la localidad. La sustitución de los antiguos escalones de piedras de sillería de la zona -del siglo XVII- por una moderna construcción de granito es la razón. El cura, por orden del obispo, era el responsable la autorización de las obras, pero no llegó a hacerlo por no estar de acuerdo con el cambio y por contravenir las indicaciones de la Dirección Xeral Patrimonio.
El desacuerdo entre parte de los vecinos y el cura viene de lejos. El pedáneo, Juan Fernández, ya había planteado la posibilidad hace aproximadamente un año pero se encontró con la oposición del sacerdote. Hace poco se celebró un concello del pueblo que decidió la necesidad de arreglar la escalera. Juan Fernández nombró una comisión para llevar a cabo las obras después de haber recibido permiso del Obispado, condicionado éste a la firma del párroco. «Con la previa condición de que el señor cura párroco haga constar su conformidad firmando con su visto bueno esta autorización», decía la carta de Camilo Lorenzo.
El resultado de las obras de la escalera fue además radicalmente diferente a las prescripciones de obligado cumplimiento de la Dirección Xeral de Patrimonio puesto que las piedras originales no fueron recolocadas ni sustituidas por otras de la zona, sino por granito.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2005/09/12/4062743.shtml

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