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sábado, 26 de julio de 2008

El párroco esconde las piedras

......................................... PILI PROL
m. v. ourense

Los tres pináculos que quedan en la capilla de Sagra, en O Carballiño, han sido retirados momentáneamente por el párroco. La decisión la ha tomado Francisco Lovelle después de que el pasado viernes por la noche varios desconocidos se llevaran los dos remates que coronaban la puerta del templo, construido en 1652.
No es la primera vez que los ladrones se apropian del patrimonio del que fue dotada la iglesia. Recuerda el párroco que hace poco más de un año, en la víspera de San Blas, desapareció una pila bautismal. Hace apenas dos meses los cacos volvieron a hacer aparición y se llevaron uno de los pináculos que se encuentran en el cementerio anexo a la capilla. «Cuando tuvo lugar aquel robo hablé con un cantero y decidimos hacer algo para proteger los que quedaban en el recinto, incluidos los dos de la entrada, y asegurarlos a sus bases, pero no nos ha dado tiempo: los ladrones llegaron antes», lamentaba ayer el párroco, que ha creído necesario tomar medidas para salvaguardar los otros tres pináculos que por ahora se han salvado del expolio.
De momento, nada se sabe de los objetos robados, aunque el cura -que puso una denuncia ante la Guardia Civil y ya ha dado parte al obispado- sospecha que quienes están detrás de estos delitos pueden ser personas especializadas que después venden el patrimonio a propietarios de chalés o fincas de grandes dimensiones, en las que remates o pilas bautismales acaban siendo objetos decorativos. En este caso, los pináculos, valorados en 2.000 euros, son del siglo XVII, tienen casi un metro de altura y están labrados, uno de ellos con motivos florales de tréboles.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2006/05/08/4755324.shtml


Condenan a dos acusados por robar pilas de piedra y cruceiros
Uno de los hurtos se produjo en el 2004 en una capilla de Piñor
El patrimonio fue vendido por los imputados aunque poco después pudo ser recuperado
?l robo de patrimonio es una práctica relativamente frecuente en la provincia de Ourense y su incidencia -últimamente muy vinculada a la desaparición de patrimonio eclesiástico- está provocando que también empiecen a verse en los juzgados de la provincia asuntos penales relacionados con este tipo de actuaciones delictivas.
El más reciente tiene su origen en la desaparición de cinco pilas de piedra antiguas, que se encontraban guardadas en dos viviendas particulares, y de dos cruceiros, uno de los cuales formaba parte del legado histórico de una capilla del Concello de Piñor.
Estos hechos ocurrieron en el mes de septiembre del 2004. Según se ha sabido ahora a través de una sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número dos de la capital ourensana, los responsables de que aquellos objetos desaparecieran fueron Luis González y Daniel de Sousa, quienes han sido condenados como autores, respectivamente, de un delito de hurto y otro de hurto continuado.
En opinión de la magistrada existen evidencias suficientes para acreditar que acusados son responsables de la desaparición de tres pilas de piedra que se encontraban en las cuadras de las viviendas deshabitadas de dos vecinos de la localidad de Paredes de Leiro, que se valoraron en 665 euros. Apenas unos días más tarde uno de ellos, Daniel, accedió al patio de una vivienda para llevarse otras dos pilas de piedra, valoradas en 365 euros.
Las fechorías continuarían después con el robo, por parte de este mismo acusado, de un cruceiro de piedra que se encontraba en la capilla de Senra. El último delito se produciría en Loeda. De allí desapareció otro cruceiro.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2006/05/15/4775146.shtml

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