.....................................................MARCOS MÍGUEZ m. g. lalín
?os puentes de Carboeiro y Sopena llevan más de tres años esperando un arreglo. La crecida del río Deza provocada por los temporales de finales del 2000 y principios del 2001 dejó en el caso del primero un pilar dañado, al caer algunas de las piedras de sustentación. En cuanto a la estructura que unía Abades y Camanzo, quedó destruída la mitad y no puede cruzarse el río. Ahora, el paso del tiempo sin ninguna acción provoca que el deterioro continúe produciéndose.
La mejora de los dos puentes fue incluida por el Concello de Silleda en la lista de daños del temporal. El acondicionamiento del de Sopena fue presupuestado en 47.329,20 euros. Era la cifra más alta de las cincuenta obras para las que reclamó subvenciones. El Gobierno Central aportaba 18.218 euros y el Concello tenía que poner 26.371 euros. En el caso del puente de Carboeiro, era la tercera obra más cara con 27.947 euros; de los cuales 10.757 los aportaba el Ministerio de Administraciones Públicas. La Xunta, a través de la Diputación, también aportaba parte de los fondos. Sin embargo, no se ejecutó ningún trabajo y las ayudas de la administración central fueron perdidas, según la documentación aportada hace unos días por el socialista Gerardo Lázara, al no certificar las obras el Concello.
En el caso del puente romático de Carboeiro, al deterioro de un importante elemento del patrimonio, se le suma el peligro que supone para los visitantes que acuden hasta la estructura, puesto que algunas piedras corren el peligro de desprenderse. El puente de Sopena ya no puede ser utilizado para cruzar a pie el Deza entre Abades y Camanzo. El alcalde de Silleda, José Fernández, había contactado en enero de 2001 con su homólogo cruceño, Jesús Otero, para acordar quién solicitaría el acondicionamiento tras los daños del temporal puesto que afectaba a ambas localidades. Al final, decidieron que fuera Trasdeza. Esta falta de obras, cuando se van a cumplir cuatro años del temporal, merman el patrimonio y significa desaprovechar las ayudas.
La mejora de los dos puentes fue incluida por el Concello de Silleda en la lista de daños del temporal. El acondicionamiento del de Sopena fue presupuestado en 47.329,20 euros. Era la cifra más alta de las cincuenta obras para las que reclamó subvenciones. El Gobierno Central aportaba 18.218 euros y el Concello tenía que poner 26.371 euros. En el caso del puente de Carboeiro, era la tercera obra más cara con 27.947 euros; de los cuales 10.757 los aportaba el Ministerio de Administraciones Públicas. La Xunta, a través de la Diputación, también aportaba parte de los fondos. Sin embargo, no se ejecutó ningún trabajo y las ayudas de la administración central fueron perdidas, según la documentación aportada hace unos días por el socialista Gerardo Lázara, al no certificar las obras el Concello.
En el caso del puente romático de Carboeiro, al deterioro de un importante elemento del patrimonio, se le suma el peligro que supone para los visitantes que acuden hasta la estructura, puesto que algunas piedras corren el peligro de desprenderse. El puente de Sopena ya no puede ser utilizado para cruzar a pie el Deza entre Abades y Camanzo. El alcalde de Silleda, José Fernández, había contactado en enero de 2001 con su homólogo cruceño, Jesús Otero, para acordar quién solicitaría el acondicionamiento tras los daños del temporal puesto que afectaba a ambas localidades. Al final, decidieron que fuera Trasdeza. Esta falta de obras, cuando se van a cumplir cuatro años del temporal, merman el patrimonio y significa desaprovechar las ayudas.
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