Las fiestas de Santa Irena y As Neves, en Salto-Vimianzo, son los únicos días en los que se abre la capilla de Santa Irena para escuchar misa, los únicos días del año en los que se puede contemplar el cielo a través de los agujeros del techo que se ven desde su interior. La capilla es una de las cuatro que se pueden ver en la parroquia de Santa María de Salto, y la única que se encuentra en un estado que, si no se remedia, acabará en la ruina del edificio.
La pequeña edificación ya existía en el siglo XVIII. Dentro de la modestia de su arquitectura, de corte popular, pervive una estructura que no ha cambiado nada a lo largo de los siglos. Además de los gruesos muros de piedra, siguen ejerciendo su función las vigas de madera y el suelo, como al principio, es casi en su mayoría de tierra.
En 1985, la familia Iglesias de Señoráns, una localidad próxima, realizó algunas obras para que no se viniese abajo, pero casi 20 años más tarde la amenaza de ruina sigue presente, sobre todo en la cubierta, reparada con tejas y uralita pero agujereada y apoyada sobre maderas apolilladas.
El alcalde de Vimianzo, Alejandro Rodríguez, asegura que no es competencia municipal, que ya propueso enviar un camión de cemento pero no les dejaron utilizarlo. Los lugareños reunieron dinero para restaurar la santa. Con el dinero sobrante hicieron una ventana nueva.
El párroco de la localidad, Alfonso Mera, asegura que es consciente del estado de deterioro del edificio, y que entra dentro de los planes de la parroquia pedir su restauración, aunque adelanta que no es fácil, ya que primero hay que enviar un informe a Patrimonio para ver las posibilidades de arreglo y después elaborar un proyecto que tendrían que estudiar Patrimonio y el arzobispado.
Mientras no se diseña el proyecto la capilla sigue como está y sin garantías de que los vecinos puedan celebrar en su interior las misas del próximo año.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2004/05/04/2649112.shtml
No hay comentarios:
Publicar un comentario