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domingo, 8 de junio de 2008

Cárcel para el cabo de la Guardia Civil que expolió un castro en Lalín

El tribunal pontevedrés también impuso un año y medio de prisión a otros dos procesados
Los encausados deberán abonar más de 180.000 euros a la Xunta por los daños
Perfil: Una carrera profesional marcada por la polémica
López Penide
Localidad:
pontevedra

?l expolio a finales del 2000 del castro de Palio (Lalín) le ha costado a tres vecinos del municipio -entre ellos, el que era cabo del puesto de Rodeiro de la Guardia Civil, Dionisio Lago Benavides- un año y medio de prisión y el pago de importantes sanciones económicas. Además, deberán indemnizar a la Xunta en 180.315 euros por los desperfectos causados en el asentamiento.
Un cuarto imputado fue absuelto al entender la sala pontevedresa que no se acreditó que tuviera conocimiento de la existencia del yacimiento. Asimismo, los procesados -condenados por un delito de daños en el patrimonio histórico en concurso medial con una falta de hurto- fueron absueltos de un delito de hurto de bienes de valor histórico.
En fechas anteriores al 3 de octubre del 2000, el también condenado Jesús Roberto González Blanco le comentó al que cinco años después sería su compañero en el banquillo de acusados Manuel Montoto González que tenía intención de limpiar una finca en el lugar de Palio. La afición por las monedas antiguas le jugó una mala pasada a este último. Sabiendo que en los citados terrenos existía un castro, González Blanco propuso a su interlocutor que se ocupase de las tareas a cambio de quedarse con las monedas que encontrara.
De este modo, Montoto González contrató los servicios de un tractorista -que fue finalmente absuelto- para que se ocupara del fresado y arado de la finca. Además, contactó con el ex cabo de Rodeiro Dionisio Lago Benavides para repartirse a medias el botín y poder utilizar un detector de metales que el guardia civil poseía.
El 3 de octubre, el tractor echó a andar. Ese día el vehículo fresó el interior de la zona más elevada dentro del recinto amurallado. Detrás de él, caminando, Dionisio Lago y Manuel Montoto escrutaban el suelo. La escena se repetiría veinticuatro horas más tarde.
La sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra, que no es firme, añade que, «como consecuencia de los movimientos de tierra», «se modificó el estado y situación de los objetos existentes en el asentamiento -que data de la Edad de Hierro, entre los siglos IV a. de C. y I d. de C.-». Asimismo, resalta que «los trabajos de fresado y arado afectaron al menos a 1.500 metros cúbicos de terreno, siendo irreparables los desperfectos al desconocerse el lugar concreto que ocupaban los objetos desplazados por las labores y ser esta circunstancia de gran importancia para obtener información histórica sobre la forma de vida de las personas que vivieron en el asentamiento» castrexo.
Durante la instrucción, Dionisio Lago negó haber acudido al citado castro de Palio y dijo que el detector de metales es de su mujer para su uso en playas.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2005/05/10/3716195.shtml


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Un condenado por expoliar el castro de Palio recurre ante la Audiencia
En el recurso se pide revocar la pena a Jesús Roberto González por error en las pruebas
Su hermana dice que fue la madre la que autorizó arar en el enclave para plantar árboles

?no de los tres condenados por los daños y el expolio en el yacimiento arqueológico de Palio (Lalín), Jesús Roberto González Blanco, presentó recurso ante la Audiencia Provincial. En él, su abogado solicita que se dicte una nueva resolución revocatoria de la pena de un año y medio de prisión, así como la absolución del delito de daños al patrimonio histórico y una falta de hurto, por los que debía pagar una multa de 3.150 euros. A esa cantidad se añade el abono de una indemnización de forma solidaria con los dos otros condenados -Dionisio Lago Benavides y Manuel Montoto González- a la Xunta de 180.315 euros porque los destrozos imposibilitaron una excavación en condiciones del castro. Ese dinero sería, según los peritos, la inversión necesaria para llevar a cabo esa prospección arqueológica.
En el recurso de apelación se argumenta que hubo un error de apreciación de la prueba, argumentando que Jesús Roberto González Blanco desconocía la pretensión de los otros dos condenados de buscar monedas u otro patrimonio histórico en el castro de Palio. Además se aporta un certificado médico en torno a la situación del condenado y otra documentación para justificar la petición.
La hermana del encausado, María Flor González Blanco, insistió ayer al dar a conocer el recurso de apelación ante la Audiencia que darán todos los pasos necesarios para conseguir la absolución. Están dispuestos a llegar hasta el más alto tribunal porque consideran que no hubo ningún tipo de colaboración en los daños o en el hurto de dos monedas isabelinas. Asegura que la propietaria de la finca O Castro -donde está el yacimiento de Palio- era su madre en el 2000, cuando ocurrieron los hechos, y que fue ella, Aurea Blanco Castro, quien otorgó permiso «para limpiarla y ararla al igual que se había hecho muchos años con el fin de plantar árboles», acompañada en ese momento por su hermano Jesús Roberto.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2005/05/13/3724859.shtml

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